¿Qué sientes ahora mismo? Cierra los ojos y conecta con tus sensaciones internas ¿Puedes poner un nombre a esa emoción?
Etimológicamente, la palabra EMOCIÓN, viene del latín e-movere que significa "movimiento hacia el exterior" o "ponerse en movimiento". De este modo, las emociones nos mueven a hacer algo, son un impulso de energía para adaptarnos ante un cambio.
Aunque no hay una clasificación consensuada sobre las emociones, podemos hablar de emociones primarias, innatas (miedo, rabia, tristeza, asco, sorpresa, alegría..) y emociones secundarias, aprendidas en el contexto social y surgen de la combinación de las anteriores (empatía, vergüenza, envidia, celos...).
Las emociones no son ni buenas ni malas; son agradables o desagradables, cómodas o incómodas... todas tienen su función y nos ayudan a sobrevivir. En este vídeo de REDES nos lo explican:
El tema radica reconocerlas, aceptarlas, permitirnos sentirlas y gestionarlas. Estas son las claves. De este proceso hablaremos más adelante.
Para poder gestionar nuestros procesos emocionales es fundamental saber dónde surgen.
Cuando hay un cambio en nuestro mundo exterior o en nuestro mundo interno (un recuerdo, por ejemplo), esta información se dirige a varios sitios al mismo tiempo: a la corteza prefontal o neocórtex y a nuestro sistema límbico, también llamado cerebro emocional. Por ejemplo, si estamos cruzando la carretera y de repente aparece un coche, nuestro sistema de alarma (cerebro reptiliano y cerebro límbico), y la emoción de miedo nos hacen correr hacia la acera y salvar nuestra vida. Esta parte cerebral tiene la capacidad de tomar decisiones rápidas cuando nos sentimos en peligro. Sin embargo, el peligro puede ser real o imaginario. Por ejemplo, puede haber una reestructuración en mi empresa y el miedo a que me echen hace que esté tenso, irascible con mis amigos, no duerma por las noches... estoy viviendo ya como REAL que me echen del trabajo. La parte prefontal del cerebro se dedica a analizar, deducir, valorar posibilidades.... por lo tanto, necesita más tiempo para tomar una decisión. Si esperamos a valorar todos los detalles en la situación anterior, el coche ya nos hubiera alcanzado.
Fuente imagen:https://germangorriz.com/resistencia-al-cambio/
Fuente imagen:https://germangorriz.com/resistencia-al-cambio/
En este vídeo podemos observar este proceso:
Continuamente estas partes cerebrales trabajan JUNTAS En situaciones que interpretamos como peligrosas el sistema límbico toma las riendas para tomar una decisión rápida, mientras que la parte prefontal analiza para valorar otras opciones. Es por esto, que a veces, después de haber actuado impulsivamente (un portazo, un chillido) nuestro lóbulo prefontal, una vez analizada la situación, nos dice que hemos actuado de manera errónea.
En este proceso también tenemos que tener en cuenta otras partes de nuestro cuerpo, ya que estudios científicos señalan que tenemos también neuronas en el intestino, ¿verdad tenemos muchas sensaciones emocionales en esa parte? hablamos de tener "un nudo en el estómago", por ejemplo. Te propongo leer este artículo donde explica que tenemos hasta cuatro cerebros:
Te invito durante estos días a SENTIR. Nuestro cuerpo siente las emociones antes de que seamos conscientes de ellas. El corazón late más deprisa, se agita la respiración, apretamos los puños, fruncimos el ceño....Si conectamos con estas sensaciones, seremos capaces de gestionar de manera más eficaz nuestras emociones. ¿Dónde y cómo sientes la rabia? ¿Dónde y cómo sientes la alegría? y el amor? Busca la conexión con tu cuerpo.
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